Situado en la parroquia de San Pedro de Maceda, a alrededor de 20 kilometros de Ourense, el castillo de Maceda se levanta orgulloso en un enclave otrora estratégico, a poca distancia de la villa de Maceda patria entre otros del cardenal Fernando Quiroga Palacios.
Es en el siglo XII cuando, según una primera referencia, el castillo y las tierras limítrofes son entregados como dote en el matrimonio entre María Fernández, hija de Doña Teresa de Portugal y el conde Fernando Pérez de Traba, y Don Juan Ares de Novoa de Ribadavia.
En el siglo XVII, Felipe IV concede el condado de Maceda a Santiago Alonso de Lanzós, regidor de la ciudad de Betanzos. La historia local sitúa al príncipe Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio viviendo en el castillo a los 11 años de edad.
En la muralla exterior, preparada para la defensa, destacan dos torreones uno rectangular
junto a la única puerta de acceso y otro circular situado en la esquina opuesta. Contrafuertes defensivos presiden las dos equinas restantes. Se accede al interior del recinto a través de una puerta de arco de medio punto con dovelas y dos escudos a uno de sus lados. En el patio hay un pozo con brocal de piedra, una escalera de caracol, y en los pisos superiores ventanas con faladoiros. En tiempos todo el edificio principal tuvo, en tres de sus lados, una espléndida solana de la que solo quedan los huecos que la soportaban. Cabe destacar que posee los muros interiores más gruesos de cualquier fortaleza europea.
Fue declarado Monumento Histórico Artístico por Decreto del 22 de abril de 1949 (BOE núm.125, de mayo de 1949) lo cual contrasta con el abandono que experimentó durante años, llegando a convertirse en espeso bosque de maleza.
Actualmente se ha convertido en un Hotel Monumento.