A escasamente 3 Km. de la capital, siguiendo la carretera que desde Ourense conduce a de Velle, antigua carretera de Monforte, y después de cruzar el río Loña, una pista a la derecha nos conduce al castro de Santomé un asentamiento galaico-romano del que existen referencias desde los años 1969 y 1974 cuando Manuel Blanco Guerra realiza una serie de catas en el castro y su contorno.
Será a partir de 1983 cuando el Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense comience las excavaciones sistemáticas del yacimiento, desvelando la complejidad cronológico-cultural del asentamiento, y su potencial, tanto desde el punto de vista estrictamente científico como de su aprovechamiento sociocultural. Su origen fue datado en el siglo I a.C. manteniendo su ocupación hasta mediados del siglo II d.C.
Para una mejor comprensión del entramado cultural que encierra el castro de Santomé es conveniente dirigirse por la calle empedrada hacia el asentamiento castreño, dejando para después la visita a las estructuras arquitectónicas que lo bordean en la zona llana. La propia calle constituye un importante vestigio, formando un espacio despejado de 33 metros de largo por entre 3 y 4 de ancho, enlosado con piedras de mediano tamaño, que corre con acentuada pendiente hacia el río, paralelo al terraplén del castro. Apenas iniciado su trayecto, se bifurca en dos direcciones: la de la derecha, conduce directamente al castro salvando una pronunciada cuesta, y la otra al río con posibles desvíos, como documentan los muros tangentes a la misma.