Para hablar de la Ribeira Sacra es necesario evocar el pasado, cuando en las laderas de las montañas que conforman los cañones del Sil y el tramo central del río Miño comenzaron a establecerse eremitas que buscaban la soledad y también la comunicación a lo largo de ambos ríos.
Este pasado, marcado por la espiritualidad, tuvo entre los siglos X y XIII sus momentos de máximo esplendor, cuando las laderas de las montañas de la Ribeira Sacra comenzaron a poblarse de monasterios.
El nombre de la Ribeira Sacra está íntimamente relacionado con el Monasterio de Santa María de Montederramo, Doña Teresa de Portugal y Fray Antonio de Yepes. En el año 1124 Doña Teresa de Portugal a traves de un documento otorgado en Allaríz, donaba al Monasterio de Santa María de Montederramo unas posesiones en lo que sería la “Rovoyra Sacrata” (Robledal Sagrado) que, por un error de transcripción, siglos después Fray Antonio de Yepes transcribiría como “Rivoira Sacrata” raíz del topónimo actual.
Escondido en lo más profundo del Souto de Merilán el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil constituye uno de los grandes encantos monumentales y espirituales de la Ribera Sacra. Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los rincones más bucólicos de esta zona de Galicia.
A pesar de que su fundación se remonta a siglos anteriores, de este monasterio tenemos noticias escritas desde el siglo X a través de un documento que testifica la donación de ciertas iglesias al mismo en fecha temprana. De estas referencias se deduce su adscripción reglar a San Fructuoso, aunque avanzada la Edad Media adoptará la regla Benedictina, del mismo modo que la mayoría de los cenobios de la Ribeira Sacra.
La iglesia, románica al igual que la portada del monasterio, es de finales del siglo XII. Tiene planta de cruz latina de una sola nave en la que se presentan cinco tramos, con arcaduras ligeramente apuntadas y cabecera tripartita de ábsides semicirculares con el central destacado. En la fachada, sobre una portada con tres arquivoltas, influenciada por la parte sur de la cadedral orensana, se erige un gran rosetón calado que, antes de ponerse el sol, permite que el templo se inunde de luz.
La impresionante torre del campanario, ejemplo original del gótico rural gallego, sobresale, cual si de una atalaya se tratase, entre el ramaje del bosque autóctono, ofreciendo una singular belleza.
Posiblemente sea el monasterio de Santo Estevo el más conocido de cuantos salpican la Ribeira Sacra. Su grandiosidad e historia le preceden, por lo que se trata de un lugar de visita obligada.
Santo Estevo de Ribas de Sil está situado al norte del municipio de Nogueira de Ramuín, en la ladera meridional del río Sil. Data del siglo X y en la actualidad presta los servicios de Parador Nacional de Turismo. Alberga elementos históricos, como arcos de piedra, marcos de ventanas tallados y los 3 claustros originales del monasterio, de estilos barroco, románico y renacentista.
Aunque se haya atribuido su fundación a San Martín Dumiense en el siglo VI, la primera documentación conservada es un privilegio de Ordoño II del año 921; en él autoriza al abad Franquila a reconstruir el monasterio, concediéndole numerosas posesiones.
El Monasterio de San Pedro de Rocas es el más antiguo testigo de la vida eremita en Galicia. Excavado en la roca natural, este recinto posee un alto valor antropológico.
La presencia de los primeros ocupantes de este lugar se remonta al año 573 según consta en la lápida fundacional que se conserva en el Museo Arqueológico de Ourense. En ella que aparecen los nombres de algunos de los monjes fundadores refiriéndose a ellos como “los herederos” lo que induce a creer que el monasterio habría sido construido con anterioridad.
El año 711, tras años de sequía y hambruna y coincidiendo con la invasión árabe de la península, el monasterio es abandonado.
En el siglo X y según la reza en la leyenda, un caballero llamado Gemondus lo descubre durante una jornada de caza cuando perseguía a un jabalí. Gemondus se queda a vivir en el lugar como eremita, siendo nombrado abad por otros caballeros que se le unen para formar una comunidad monástica bajo la regla benedictina.
Posee el reconocimiento de Monumento Histórico-Artístico desde el año 1923.
El monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadanedo fue fundado por monjes cistercienses de Montederramo en 1170 como recoge una inscripción situada en una de sus dos portadas. En el siglo siguiente cambiaría su advocación original, la de San Julián, por la de Santa María, que era la habitual en los cenobios del Cister.
Del monasterio original ha quedado parte de su iglesia, construida alrededor del 1200, un templo de planta basilical con tres naves divididas en cinco tramos, con sus correspondientes ábsides. El central, en el exterior, disponía de una pequeña capilla adherida al paramento de la que todavía se conservan restos.
Santo Estevo de Ribas de Miño está considerada como una de las construcciones más emblemáticas de la Ribeira Sacra y uno de los mejores ejemplos del románico rural de toda Galicia. Se cree que Santo Estevo de Ribas de Miño fue un monasterio altomedieval ligado al de Diomondi.
La Iglesia, construida a mediados del último tercio del s. XII, está vinculada a la obra del Maestro Mateo. Tiene una única nave. La fachada tiene una puerta abocinada enmarcada por arcos de descarga en forma de puertas, un rosetón y un “guardalluvias” de arquillos.
En la interior se han esculpido siete figuras, sedentes, con instrumentos. La parte exterior del conjunto, apoyado en cuatro pares de columnas acodilladas con fustes marmóreos y capiteles trabajados, se adorna con piñas. Tiene retablos con tallas barrocas del s. XVII en su interior.
Posee el reconocimiento de Monumento Nacional de carácter histórico-artístico desde el 3 de junio de 1931.
La Iglesia de San Xoan de Cova es otra de las joyas del románico que tapizan la Ribeira Sacra.
Perteneció a un antiguo monasterio de monjas benedictinas. Data de finales del siglo XII, a excepción de la parte alta del frontis y la espadaña que son del último cuarto del siglo XVIII.
Nave rectangular con cubierta a dos aguas, portada con arco abocinado de medio punto y arquivoltas, columnas, capiteles y tímpano con inscripción. Ábside semicircular, con ventana y saeteras.
Fue traslada de su ubicación original a causa de la construcción del embalse de Os Peares.
En la margen izquierda del rio Miño se alza la Iglesia de Santo Estevo de Atán. Perteneció a un monasterio fundado por el Obispo Odoario en el siglo VIII.
La construcción actual data de la época románica, de los siglos XII e XIII. Cuenta con una sola nave, con cubierta a dos aguas. El ábside, rectangular, está cerrado por un bóveda de cañón. En diversos puntos de sus muros se pueden distinguir inscripciones y marcas, presumiblemente realizadas por los canteros que trabajaron en su construcción.
La puerta oeste, más amplia que la norte, se compone de tres pares de columnas que sostienen arquivoltas ligeramente apuntadas sobre un tímpano liso. Otro elemento de interés es la decoración del alero. También prestaremos atención a las tres ventanas de primitiva estética que encontraremos en el arco de acceso al ábside.