Hablar de Galicia sin mencionar las excelencias de su gastronomía es poco menos que sacrílego y es que, ya sea de Norte a Sur o de Este a Oeste, Galicia está para comerla.
La geografía gallega está llena de delicias culinarias prestas a despertar todos nuestros sentidos, bocados únicos con sabor a mar o la montaña que, en compañía de un bueno vino, se convierten en una razón de peso para amar esta tierra. No importa la estación del año, cada una de ellas tiene sus propios colores, aromas y sabores.
Mientras el melancólico otoño se tiñe de colores dorados, caza, setas y castañas toman protagonismo compartiendo platos exquisitos y dando pie a concurridas jornadas gastronómicas en las principales capitales y villas gallegas.