Leyendas

La laguna de Cospeito

20/11/2022
Redacción
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En Cospeito, en la falda de la montaña pequeña que forma el valle, hay una laguna que llaman «de los patos», y más vulgarmente la laguna de Valverde. Y al lado de ella, en lo alto, se levanta la ermita de la Virgen del Monte, que es de mucho renombre y visitada por la gente de la comarca.

Dicen que en el sitio donde hoy en dí­a está la laguna, habí­a una villa que le llamaban Villa de Valverde, que era muy importante. Parece ser que un buen día llegó a ella un pobre pidiendo posada o aunque fuera, algún cobertizo donde pasar aquella noche. Muchos afirman que era un pobre hombre que iba por las puertas del mundo, otros que era la mismí­sima Virgen en persona, pero disfrazada. El caso es que nadie tení­a lástima de aquel pobre, y a la vista del caso, se marchó del poblado y se fue a una casita que habí­a en la ladera del monte donde vivía una familia que también era muy pobre, aunque honra no les faltaba. Y esta familia le recibió de muy buen grado.

Como no tení­an apenas que comer, determinaron matar la única ternera que les quedaba para poder darle de cenar al pobre. Una vez terminaron de cenar, el pobre les pidió que los huesos grandes los echaran en una cuadra, y los huesos pequeños en otra. Al día siguiente, bien temprano se levantó el pobre y empezó a llamar por el dueño de la casa y instándole a ordeñar las vacas y poner los terneros a mamar.  El dueño siguió durmiendo y no le hizo ningún caso, pero el pobre seguí­a gritando lo mismo, y el dueño se negaba y le decí­a:

¿Cómo voy a ordeñar las vacas y echar los becerros a mamar, hombre de Dios, si la única ternera que tení­a la maté de ví­spera para hacer la cena de todos?.

Y el pobre contestó:

Tan cierto es que tienes becerros y vacas como que la villa de Valverde se hundió en las aguas.

Y con esto, el pobre desapareció y no se le vio más.

El amo y su familia salieron por la puerta y vieron que, tal y como dijo aquel pobre, la Villa de Valverde se había hundido en castigo por lo mal que le habí­an tratado. Y luego fueron a las cuadras y encontraron que, en aquella donde habí­an echado los huesos grandes habí­a vacas y donde habí­an echado los huesos pequeños habí­a terneras. Ellos se pusieron muy contentos. Pero en el sitio de la Villa de Valverde, todo era una gran laguna, y en el alto del monte habí­a una capilla con una imagen de la Virgen , que por encontrarse en ese lugar le quedó el nombre de la Virgen del Monte.

Hace algunos años, todaví­a contaban que allá en las profundidades de la laguna y cuando vení­an las sequí­as del verano, se veí­an las chimeneas de algunas casas hundidas y también la torre de la Iglesia, y hay quien dice que hasta se oí­an las campanas de aquella desgraciada Villa de Valverde.

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